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Independencia de Jordania

Hoy se celebra el aniversario sesenta y ocho de la independencia de Jordania (el 25 de mayo de 1946). En esta feliz ocasión, se presenta una breve presentación de la historia del país y su lucha para la independencia.

Visita Histórica
Jordania tiene una historia rica y amplia, empezando desde el periodo Paleolítico (500,000-17,000 a.C.) y pasando por el periodo Neolítico (8500-4500 a.C.) y Calcolítico (4500-3200 a.C.). En el 3200 a.C., Jordania tuvo un carácter urbanístico muy simple donde hubo algunos asentamientos en el periodo Bronce Antiguo (3200-1950 a. C.) en diferentes partes en Jordania.


Jordania fue parte del Imperio Babilónico, el cual a su terminación en el 539 a.C, fue puesto bajo el Imperio Persa. En el 332 a. C, Alejandro Magno estableció  el control griego sobre Jordania y varias ciudades griegas fueron establecidas. Antes de su conquista, una civilización importante formada por la tribu de nabateos, que inmigró de Arabia en el siglo sexto a. C y dejó la gran joya de Petra en el sur del país, que fue su capital.




Después de la muerte de Alejandro, los Ptolomeos consolidaron su poder en Egipto y gobernaron Jordania desde el 301 al 198 a.C. Los Seléucidas gobernaron Jordania entrr el 198 y el 63 a.C. La victoria de Pompey en el 63 a.C. comenzó un nuevo periodo de control Romano seguido por el control Bizantino desde el 324 d.C. Las fuerzas musulmanas vencieron a los bizantinos en el 636 d.C. y las dinastías y civilizaciones Omeya, Abasí, Fatimí, Ayyubí y Mamelucos controlaron Jordania. En 1516 los Mamelucos fueron vencidos por los Otomanos.





Hacia La Independencia
El Imperio Otomano compuesta por turcos, griegos, serbios, croatas, albaneses, búlgaros, árabes, armenios y kurdos empezó a enfrentarse con problemas de movimientos nacionalistas que resultaron en la separación de unos estados del Imperio. La llegada del Sultán Abdelhamid II (1876-1909) y los Nuevos Otomanos tras una revolución conirtió el sistema de gobierno en uno dictatorial, donde el Sultán suprimió los movimientos disidentes, restringió las libertades y centralizó el poder.




Como consecuencia de la dictadura del Sultán, se formó un grupo conocido como los Jóvenes Otomanos quienes tuvieron el objetivo de restaurar la constitución, deponer al Sultán y fortalecer el Imperio. El grupo se organizó oficialmente en lo que fue llamado el “grupo del Comité de Unión y Progreso”, que inspiró un golpe militar, obligando al Sultán a restaurar la constitución en el año 1908 e instaurar un sistema más democrático. Sin embargo, los movimientos nacionalistas continuaron, y el Imperio empezó a desmantelarse, perdiendo Bosnia, Bulgaria, Creta y Albania, y casi todos sus territorios europeos en 1912. En los países árabes también empezó a surgir el nacionalismo árabe, donde los nacionalistas demandaron derechos iguales y autonomía cultural para los árabes en el Imperio.




El nacionalismo árabe vio un desarrollo importante cuando el Imperio otomano decidió participar en la Primera Guerra Mundial al lado de Alemania. En aquel momento, el Sharif Hussein Bin Alí, el Emir de Meca se puso en contacto con el alto comisionado británico en Egipto, sir Henry McMahon para estudiar la posibilidad de colaborar juntos contra los otomanos en la guerra. Entre julio de 1915 y marzo de 1916 el Sharif y el alto comisionado británico en Egipto tuvieron correspondencia donde el último ofreció el apoyo británico financiero y militar al Sharif si él proclamaba una revuelta árabe contra el Imperio otomano. Además, McMahon prometió la creación de gobiernos árabes en la península árabiga y en la mayoría de la partes del creciente fértil después de la revuelta. 




La coordinación entre los británicos y el Sharif resultó en que la revuelta contra el Imperio otomano estalló en junio de 1916, liderada por el Sharif Hussein Bin Ali, donde las fuerzas tribales atacaron la guarnición otomana en Meca. Los partidarios del Sharif y sus hijos Abdullah y Faisal lucharon durante dos años al lado de los aliados y empezaron a ganar territorios árabes. La captura de Damasco en 1918 supuso el triunfo final de la revolución y formó la base de la demanda de independencia árabe total. Tras la victoria en Damasco, el Emir Faisal – hijo del Sherif Husein- anunció el establecimiento del primer gobierno árabe en Damasco en octubre de 1918.  




Sin embargo, Gran Bretaña, Francia y Rusia firmaron un tratado secreto en mayo de 1916 conocido como el tratado de Skyes-Picot para dividir entre ellos el control del Oriente Medio; Francia y Gran Bretaña acordaron el 25 de abril de 1920 en San Remo imponer el mandato Británico a Transjordania, Iraq y Palestina, y el mandato Francés a Siria y Líbano.


Por esto, el gobierno árabe de Faisal terminó en 1920 con la marcha del ejército francés hacia Damasco y la expulsión de Faisal y su gobierno tras las decisiones de San Remo. Transjordania, por su parte, fue puesto bajo el mandato británico (como parte del mandato en Palestina) en 1920. El alto comisionado del mandato británico de Palestina fue a Transjordania en agosto de 1920 y se reunió con un número de líderes locales donde anunció los planes de Gran Bretaña para establecer unas administraciones autónomas.



Estos gobiernos no duraron más que siete meses  y no establecieron ninguna estabilidad ni seguridad en el territorio. Dentro de estas circunstancias, el Emir Abdullah - hijo de Sharif Hussein- llegó a Maan en Transjordania procedente de Hijaz (Arabia Saudi) el 11 de noviembre de 1920 con una importante fuerza militar, anunciando su plan de liberar Siria y restaurar la monarquía Hachemita. Por esto, el secretario colonial británico, el alto comisionado del mandato británico de Palestina y el secretario principal de Palestina  se reunieron con el Emir en Jerusalén en marzo de 1921, donde acordaron establecer un gobierno central en Transjordania y nombrarle Emir del nuevo Emirato. Así, el Emir Abdullah empezó a administrar el nuevo Emirato bajo la tutela británica, y concluyeron en 1923 un tratado que reconoció el gobierno local en el Emirato como uno independiente del gobierno en Palestina aunque se quedó bajo la supervisión del alto comisionado del mandato británico de Palestina.


El Emir al principio encontró resistencia local manifestada en cinco revoluciones tribales principales entre 1921 y 1923. Las revoluciones fueron basadas a demandas de reducciones de impuestos, participación en el proceso político, asunción de puestos administrativos. Sin embargo, las relaciones entre las tribus y el Emir mejoraron y al final de 1931 Transjordania estaba estabilizando. Además, se formaron varios partidos políticos, unos formados por tales tribus,  que lideraron la vida política en el Emirato. Transjordania y Gran Bretaña firmaron un nuevo tratado en 1928 que reconoció la independencia de Transjordania que era solamente una expresión más que un reconocimiento verdadero de la independencia, dado que el tratado estipuló que Gran Bretaña conservó su derecho a mantener fuerzas armadas en Jordania y establecer estas fuerzas si era necesario, al lado de ejercer poderes judiciales y administrativas para regular las relaciones internas.




Tras la firma del Tratado jordano-británico hubo manifestaciones públicas en todo el Emirato rechazando el tratado y los privilegios británicos. La oposición principal en el Emirato organizó cinco conferencias nacionales entre 1929 y 1933 asistidas por los intelectuales y líderes de tribus, criticando los poderes británicos, exigiendo reformas y rechazando todas las acciones sionistas en relación con sus intereses en los territorios transjordanos.


La lucha de los poderes nacionales y los partidos para conseguir la independencia del Emirato fue larga y extensa, donde las fuerzas nacionales fueron perseguidas y expulsadas. Pero esto no descorazonó a los activistas, quienes utilizaron todos los medios posibles para diseminar sus pensamientos e ideales de liberación e independencia de Transjordania y el mundo árabe entero. Transjordania finalmente pidió su independencia de Gran Bretaña y en 1946 un nuevo Tratado fue concluido que suspendió el Tratado de 1928, terminando el mandato y creando un nuevo Estado independiente. Así, los sacrificios de los árabes en la gran revuelta para conseguir una independencia de los ciudadanos árabes tuvo un resultado; la independencia de Jordania fue finalmente conseguida, un acto que consolidó la gran historia del país y las varias civilizaciones que pasaron en su tierra.



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