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Cuestión de Descentralización en Libia

Las elecciones parlamentarias en Libia, celebradas en el 7 de Julio de 2012, han visto violencia esporádica motivada por  conflictos  por identidad, poder y recursos en las regiones del oeste, sur y este del país. Estos conflictos están poniendo a prueba la capacidad del Estado naciente y están impidiendo el surgimiento de las instituciones democráticas.
La más apremiante de estos conflictos locales es en la región este de Barqa, sede de la conflictiva ciudad de Bengasi. La región de Barqa contiene 1,6 millones de habitantes, menos del tercio de la población Libia.  El área está dividida étnicamente entre la población urbana árabe y la minoría rural africana, los Tabu. La región contiene cientos de tribus, y cada tribu tiene un sucursal en otros sitios en Libia, y por lo tanto, se refiere a Barqa como “Libia Menor”.


La región tiene tres aspectos principales que le hace como una zona de conflicto en la nueva Libia: el conflicto étnico entre la mayoría árabe y la minoría africana; la cuestión de control de petróleo, como la región contiene 80% de la producción de petróleo en el país; y la influencia fuerte de la comunidad Salafi militante y extremista.
Estos tres aspectos, junto con la marginalización de la región en el régimen de Qadaafi, son el principal motor de los federalistas militantes en sus llamadas para autonomía. Cuando los ciudadanos de Bengazi votaron por las Fuerzas de la Alianza Nacional,  quienes adoptaron una postura de unión nacionalista, los activistas y militantes federalistas de Barqa expresaron su desaprobación de los resultados electorales con brotes de violencia y enfrentamientos con la policía. La cuestión de federalismo está lejos de haber terminado.
La experiencia de muchos países con regiones separatistas es muy importante para Libia por el momento. La ayuda y apoyo de los países que han conseguido establecer sistemas federalistas y descentralizadas fuertes y estables tienen que ayudar el gobierno central de Trípoli en saber cómo acomodar las llamadas de autonomía de regiones como Barqa. Hago hincapié en la necesidad, prioridad y la obligación de tal intervención por los siguientes motivos: 
  1. La fuerte presencia y poder de los salafistas en Barqa, y su posible fortalecimiento (político) a través los redes con los vecinos en el partido gobernante islámico de Egipcio. 
  2. La cuestión de petróleo y el papel que juegan los militantes en controlar su producción y transporte (sea nacional o internacional) como apalancamiento.
  3.  Los enfrentamientos étnicos en el sur de la región y sus posibles consecuencias (ejemplo de Sudan).
La diversidad étnica e histórica del país no es nada especial ni diferente de muchos países del mundo. La nueva Libia tiene que acomodar estas diferencias con un sistema de gobernanza local, donde los ciudadanos pueden participar en la vida política en sus contornos geográficos e históricos. Creo que los activistas federalistas, los extremistas salafis y los enfrentamientos étnicos se pueden controlar con una constitución efectiva que acomoda estas realidades del país y contribuye al desarrollo institucional y democratización de Libia.

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