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Ley Orgánica 2/2012, de 27 de abril, de Estabilidad Presupuestaria y Sostenibilidad Financiera.

          El fuerte deterioro en las finanzas públicas en la Unión Europea desde que estalló la crisis financiera, combinada con una tendencia al aumento de la ratio deuda-PIB en muchos países, ha dejado las finanzas públicas en mal estado. Sean los países más afectados como Grecia, Irlanda, Portugal y España o los otros países con un efecto menos áspero, la crisis hizo hincapié la necesidad de reformas financieras.  Las tendencias recientes  llevó a una mejora sustancial y necesaria de las instituciones fiscales, en particular destinadas a hacer frente a los riesgos de peligro moral dentro de la zona del euro. Nuevas leyes, directrices y medidas fueron tomados para afrontar este problema, con una revisión con el sistema financiero y presupuestario y de contabilidad para asegurar una mejora gestión financiera en los países europeos. 

     Por esto, el gobierno de España decidió abordar su crisis financiera con una reforma fiscal manifestada en la Ley Orgánica de Estabilidad Financiera y Sostenibilidad Presupuestaria. La Ley cumple el mandato del articulo 135 de la constitución española, y servirá como la base económica y legal para las políticas presupuestaras de todas las administraciones publicas. Su objetivo es asegurar la sostenibilidad presupuestara en todas las administraciones publicas y lograr más rigor en la implementación del prepuesto y control del presupuesto de las administraciones publicas, respetando las demandas de las regulaciones de la UE y el pacto fiscal europeo. ƒ

    Esta reforma fiscal intenta: garantizar la sostenibilidad del prepuesto de todas las administraciones publicas, fortalecer la confianza en la estabilidad de la economía española y reforzar los compromisos de España en la UE. Los principios de Ley son estabilidad; plurianualidad; transparencia; eficiencia en la utilización de los recursos públicos; sostenibilidad financiera; responsabilidad y lealtad institucional son unos medios para alcanzar tal objetivo.
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     De importancia es el tema de la deuda publica como un criterio pata la sostenibilidad presupuestaria, donde todas las administraciones deben presentar un presupuesto positivo sin un déficit estructural, solo en casos excepcionales como recesiones, temas de emergencia, catástrofes naturales etc. De importancia también es la condición de que los gastos de las administraciones no pueden superar la tasa de referencia de crecimiento del Producto Interior Bruto de medio plazo de la economía española. En el caso de no cumplimiento, la administración en cuestión va a afrontar unas mediadas correctivas y coercitivas. Estas medidas, se fueron seguidas estrictamente por las administraciones, ayudarán  a elevar el problema económica en el país. Según un estudio por el Instituto Elcano, se espera con estas medidas que la tasa de crecimiento llegará a 2%, y con esto el él ratio de deuda se reducirá anualmente por un mínimo de 2 puntos del PIB, y el déficit estructural se reducirá a un medio de 0.8% de PIB nacional cada año.

    Sin embrago, un tema de interés especial es el tema de control ejercido por el gobierno central al proceso presupuestario de las comunidades autónomas. Según el articulo 15.1 de la Ley, en el primer semestre de cada año, el Gobierno fijará los objetivos de estabilidad presupuestaria, en términos de capacidad o necesidad de financiación de acuerdo con la definición contenida en el Sistema Europeo de Cuentas Nacionales y Regionales, y el objetivo de deuda pública, tanto para el conjunto de Administraciones Públicas como para cada uno de sus sub-sectores. La fijación de los objetivos viene tras un acuerdo del Consejo de Ministros, a propuesta del Ministro de Hacienda y Administraciones Públicas y previo informe del Consejo de Política Fiscal y Financiera de las Comunidades Autónomas y de la Comisión Nacional de Administración Local. Además, esta informe debe ser aprobado por las Cortes Generales. A base de estas “directrices y pautas” las administraciones publicas deben diseñar sus presupuestos, donde la Ley asegura poner medidas preventivas, correctivas y coercitivas para asegurar el respeto de estas pautas.

      Aún el plan tiene mucho sentido desde el punto de vista financiera, donde el gobierno español está cumpliendo las recomendaciones y opiniones emitidas por las instituciones de la Unión Europea sobre el Programa de Estabilidad de España o como consecuencia del resto de mecanismos de supervisan europea (articulo 15.4), la Ley puede insinuar un tipo de re-centralización de decisiones y limitación de autonomía. Para ser más directa y concreta, los objetivos generales que deben ser respetados y seguidos (con penalización en caso de incumplimiento) son una reflexión de una política financiera europea (alemana-francesa para ser más precisos) que un entendimiento de las realidades económicas, sociales y culturales dentro del país. Especificar una regla general para todas las comunidades locales, sin distinguir las variaciones en sus situaciones, sus aspiraciones y sus limitaciones, puede ser un acto de coerción. La exageración del cumplimiento de las reglas de las deudas y déficits que no superan 60% y 3% del PIB – teniendo en cuenta que uno países europeos más partidarios de esta regla como Francia no cumplieron unas veces con esta regla- pueden someter la economía española a más presión. En vez que el Ministerio de Hacienda y Administraciones actué como un delator donde elevará al Gobierno un informe sobre el grado de cumplimiento de los objetivos de estabilidad presupuestaria y de deuda pública y el grado de cumplimiento en el ejercicio corriente, coherente con la información que se remita a la Comisión Europea de acuerdo con la normativa europea, una comunicación más directa y más bottom up entre las administraciones y su gobierno pudiera reflejar una descentralización verdadera y una solidaridad nacional más fuerte. España, aun un país importante en el UE, no se debe colocar a las leyes y regulaciones acordadas en Bruselas por encima de los deseos, las realidades y limitaciones de su propio pueblo y de las administraciones.

      Insisto, creo que la Ley lleva directrices muy importantes y necesarios para salvar la economía española y para garantizar un buen planificación económica, sea la nivel local o estatal. Los principios presupuestos y la rigidez en actuación pueden tener un buen resultado, pero pueden también dañar economías locales que simplemente no encuadran con la visión europea sobre como debe ser la economía. Es utópico - y unas veces realista – que unos países funcionan bajo una regla única y común en respeto a las financias, donde los sistemas y las condiciones son semejantes y permiten esta uniformidad. El caso de España es diferente, y Ley debería reflejar este variación de realidad.


Comments

  1. La verdad es que sin las medidas correctivas o coercitivas, la aplicación efectiva de la Ley de estabilidad será difícil. Las arcas locales están en números rojos y muchas con altos remanentes de tesorería negativos. Eso por no hablar de las "facturas del cajón". Un saludo

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