El concepto de soberanía – interna y externa – está cambiando progresivamente, cogiendo nuevas formas que respetan el desarrollo global en las últimas centurias. La soberanía externa, que describe las relaciones entre los estados, es de alta importancia, está siendo modificada, con la creación de organizaciones supranacionales que imponen y esperan cierta adherencia con la legislación internacional en áreas de derechos humanos, paz internacional y libertad civil.
Bien, pero no exactamente.
Luigi Ferrajoli dice en su artículo Más Allá de la Soberanía y la Ciudadanía, Un Constitucionalismo Global, que: “La historia de la soberanía externa comporta su progresiva concentración: la sociedad internacional pasó de ser vista como una sociedad salvaje, aun en su estado de naturaleza.” Sigue diciendo: “Mientras que el estado más limitaba su soberanía interna y ganaba en legitimidad imponiendo sobre si esos límites, más absoluta y legitima se volvía su soberanía externa con respecto a otros estados, particularmente al mundo incivilizado.”
Su artículo plantea un punto importante de la noción de formación de un constitucionalismo global, defiende de los derechos y libertades de la ciudadanía internacional, genera paz internacional, y que ayuda el mundo salvaje a desarrollar su estado natural. A parte del hecho de que tal utopía no existe, ¿quien define las características de la utopía?
Si observamos el mundo en esto momento, encontramos a ideologías, culturas y creencias muy variadas y distintas. Obligar los ciudadanos de los estados mundiales a aceptar legislación internacional que respeta y defiende sus derechos y libertades parece un poco condescendiente. Sea leyes relacionadas con el ámbito social, político o económico, cada comunidad tiene su conjunto de creencias, y muchas de estas creencias tiene vínculos religiosas. Cogemos una religión como el Islam por ejemplo que tiene su estructura política y normas sociales y económicas, y que una parte importante de la ciudadanía del mundo sí que respeta este sistema. En este caso, una legislación internacional que va contra cualquier aspecto de esta ideología va a ser rechazada (por principal) por esta ciudadanía. Y si, como argumenta el autor, se establece un tribunal internacional más fuerte y con jurisdicciones que extienden a más temas que guerras y crímenes de guerra, a que base ideológica va a basar sus ordenes?
Por otro lado, este constitucionalismo global puede ser manipulado fácilmente por poderes internacionales. Y esto está pasando. Las guerras en Irak y en Afganistán han sido realizadas en el nombre de protección de los ciudadanos de terrorismo internacional y en el nombre de la libración de los países con regímenes dictatoríos y agresivos. Siria, que según el criterio internacional es un país dictatorío y peligroso, no ha visto el mismo destino (hasta ahora). Ahora mismo Irán está en peligro de un ataque por un estado vecino por su programa nuclear que el mismo tiene armas nucleares aun es un signatario del acuerdo de no proliferación nuclear. ¿Donde está la justicia internacional en la aplicación las leyes internacionales de paz? ¿A qué base se decide quién puede violar la legislación internacional (o justificarlo) y quién no?
Las naciones siempre en la historia han dependido el uno al otro para recursos, apoyo o seguridad, sea por fuerza o por compromiso (a través de acuerdos, coaliciones, alianzas, y confederaciones.) La legislación internacional, mientras que tenía raíces después de la segunda guerra mundial y la creación de un nuevo orden mundial, su proliferación de las normas jurídicas mundiales no se recuperó cierto impulso hasta la caída del Muro de Berlín. Desde entonces, las entidades internacionales están influyendo e interfiriendo cada vez más en las soberanías de las naciones.
Los actores internacionales, sea UN, OTAN, OMC están influyendo el estado soberano en muchos de sus decisiones y legislaciones, y tal influencia, cuando limitada y controlada, asegura más consolidación global. Pero si se excede los límites de la imposición de tales organizaciones a las constituciones de los países, el mundo va estar en un estado de colonización de tales organizaciones, donde las naciones fuertes e influentes tienen la última palabra, y donde los actores políticos de los estados van a ser obligados a operar dentro de los límites de la legislación internacional.
La formulación de una constitución global es peligrosa. No solamente que el estado soberano va ser empañado en cada país, pero el aspecto filosófico de la utopía es simplemente inalcanzable. ¿Como va un mundo con muchas ideologías diferentes aceptar un estructura legislativa que impide las mismas libertades y la culturas que se espera lograr?
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