La Asamblea Constituyente egipcio adoptó el proyecto de nueva constitución en el 30 de Noviembre y lo presentó al Presidente Mohammad Morsi para convocar un referéndum. Esta decisión viene en medio de especulaciones que la Tribunal Constitucional va a revocar la legitimidad de esta Asamblea y de la Constitución propuesta.
Para empezar, se deber señalar que la Asamblea fue formada por todos los grupos políticos de un amplio espectro político y religioso (liberales, coptos, salafistas, seculares etc.) con la tarea de redacción de una nueva constitución. Gracias a los desacuerdos dentro de la Asamblea, unos miembros liberales, seculares, coptos y movimientos de mujeres salieron de la Asamblea, criticando ciertos artículos de la constitución como una herramienta de poder para el presidente.
La controversia de la constitución viene de los artículos que dan muchos poderes al presidente por un lado y las otras que violan los pilares de libertad (inmunización absoluta de las decisiones del presidente; el poder legislativo de destituir al fiscal general; la inmunización del consejo consultivo y la Asamblea de cualquier decisión judicial para su disolución; la disolución de los sindicales con un orden judicial; y la confiscación y obstrucción del trabajo de unos periódicos.) Estos artículos en la constitución promovieron una crítica por la oposición, por los jueces, y por la comunidad internacional, todos temiendo no solamente la concentración del poder en las manos del presidente, pero también de la islamificación del país.
Está claro que la decisión de Mursi en aceptar la adopción de estos artículos va contra los eslóganes democráticos que defendía y contra cualquier sistema de gobernanza democrática. Su justificación de “estas medidas son solamente temporales hasta que pase la constitución” no es válida: el fin nunca justifica el medio. Tampoco es su estrategia diplomática en convencer los jueces que las medidas no intentan disminuir su papel e independencia, esperando que confíen en sus intenciones. Este estancamiento significa que otra vez, los egipcios en una posición de enfrentamiento con el poder ejecutivo y en una situación de guerra civil entre opositores y aliados.
En este contexto, se debe señalar que la crisis y la división civil y política empezaron mucho antes del anuncio; empezaron antes de la revolución y siguieron después de la revolución. Tras el cambio de régimen en Egipto, las divisiones permanecieron: división sobre el papel del ejército de papel y las atribuciones del consejo supremo de las fuerzas armadas; divisiones sobre si la redacción de la nueva constitución es la etapa precedente de las elecciones parlamentarias y presidenciales; división sobre el consejo popular formado después de la revolución y el derecho de la tribunal en su disolución; divisiones sobre la Asamblea Constitucional; y divisiones sobre el nuevo presidente. Estas divisiones no son divisiones normales en una sistema político democrático plurista y libre; es una división de zero-sum game. O eliminas el oponente o ser eliminado.
El Presidente es consciente que los simpatizantes del régimen antiguo y los liberales occidentales son contra la llega del poder a los islamistas, y que estos oponentes, junto con el apoyo de la comunidad internacional molestada por los resultados de las elecciones parlamentarias y presidencial, van a hacer todo posible para que el país no convierte a un estado controlado por islamistas. Mursi, en sus medidas anti-democráticas propuestos, está defendiendo la legitimidad de las elecciones y el derecho de redactar una constitución que refleja los deseaos de la mayoría de los Egipcios. Bien sabiendo que la constitución, la Asamblea y su posición están el peligro por una nueva revolución, parece que Mursi quiere colocar todos los opositores antes la realidad y pasar la constitución lo más antes posible. Los egipcios eligieron….y tienen el derecho de ver el resultado de su elección. El referéndum va a decidir la legitimidad de la constitución…pero igual que los resultados de las elecciones, su credibilidad va a ser cuestionada por la oposición.
La pregunta importante en este contexto: ¿el fin justifica los medios? La protección de los votantes egipcios de la manipulación regional e internacional quien quieren occidentifcar el país exige que el presidente tome medidas no democráticas?
Para concluir, el segundo artículo propuesto inmuniza todas las decisiones y legislaciones del presidente e implica una inmunización total y absoluta que no debería ser otorgada a cualquier político, a pesar de ser una inmunización limitada y temporal. El presidente no necesitaba este artículo y una incorporación de una inmunización de las instituciones y procedimientos particulares podría haber sido suficiente. El error de redacción ayudaba los políticos de la oposición a inflamar la situación, y la confusión resultante entre los poderes políticos que de verdad temen un regreso a tiranía y los otros políticos motivados por ideologías extranjeras y los partidarios del antiguo régimen no va a ayudar el país a salir de este conflicto.
Los artículos incorporados demuestran falta de respeto de los pilares de democracia, incluso si fueron incorporadas para contrarrestar las agendas de figuras dentro del país quienes rechazan, por principio, ser gobernados por islamistas. Desafortunadamente, los dos partidos han infringidos los principales de democracia…y los dos lo hicieron en el nombre de proteger los principios de democracia. Como una ciudadana liberal de oriente próximo, esta dilema me causa muchos incertidumbres, una es si fuéramos preparados para una democracia no censurada, y otra es si no estamos, ¿cómo y cuándo seríamos?
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