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Dilema Palestina

    La autoridad palestina actual, con su jefe Mahmoud Abbas, representa democráticamente los palestinos en Cis-Jordania, y los refugiados palestinos en el mundo por defecto. El objetivo de su gobierno, tal como la de las anteriores, es defender los derechos de los palestinos en la formación de un estado libre que acomoda los palestinos en su territorio histórico. Las negociones con Israel para lograr este objetivo nunca ha sido fácil; historia, ideología, religión y política internacional todos son aspectos que bloquean cualquier entendimiento  entre los dos partidos palestinos e israelís, transformando la causa palestina cada vez más complicada.
    El problema que el gobierno palestino encuentre es la dilema de su objetivo supremo de independencia y formación de in estado: tomar decisiones no populares que pueden avanzar el proceso de paz a coste de no apoyo popular, o seguir rechazando hacer concesiones no populares, lo que resulta en el congelamiento de la situación – ocupación israelí -  desde más que 60 años.
     Abbas dijo antes pocas semanas en una entrevista que él no quiere volver a su ciudad de nacimiento (safad), indicando que los palestinos deben ocuparse en solamente Cis-Jordania y Gaza. El mensaje detrás de su comentario es que hay posibilidad de negociar el tema del derecho de la vuelta de los refugiados palestinos a sus ciudades tras las guerras de 1948 y 1967.
      No pretendo defender ni atacar su pensamiento político; cada argumento tiene sus puntos fuertes y legitimas. Pero su dilema subraya el problema que el gobierno palestino actual - y los antiguos y futuros  gobiernos – tiene: opción de formar una paz con Israel (y consecutivamente formar un estado) con coste político y social muy alto, o quedarse en la situación actual de no estado. Los sentimientos fuertes de los palestinos residentes y refugiados de pertenecer y derecho  en su tierra, aumentados por creencias religiosas y romanticismo árabe-musulmán, junto con una alimentación intelectual y sentimental de fuerzas internacionales, fortalecen las convicciones populares de rechazar las concesiones, a pesar de que tales posiciones están garantizados para matar cualquier posibilidad de una formación de un estado palestino. El político palestino, más racional y más vaciados de sentimientos excesivamente heroicos, y más realístico del poder de Israel y sus aliados, se encuentra en una posición de equilibrar la lógica política y la pasión popular.
     Tras el comentario de Abbas, el presidente deber ser consciente de la necesidad de elegir entre ser un líder que respeta los deseos, creencias y sentimientos de los ciudadanos, quienes absolutamente rechazan la noción de negar los palestinos el derecho de volver a sus tierras, o ser un líder pragmático que aplica la noción de “el fin justifica los medios”. El ex presidente egipcio Anwar Al Saadaat eligió la segunda opción en 1979 y pagó el precio con su vida. A pesar de todo, aún la decisión era para el bien nacional, la decisión no era tomada democráticamente y no expresó los deseos de los egipcios...los mismo egipcios quien ahora, en un régimen democrático, quieren respetar el acuerdo de paz con Israel.  Haría un líder palestino lo mismo?

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